Mundo Feliz

Recuerdo que paseábamos sobre nubes con formas de conejo, que según tú, veías con facilidad; hablamos de canciones que parecen poesía, y recitabas versos incompletos de poemas que jamás has leído. Vestiste momentos con sutiles toques de infancia, esa pálida sonrisa que hacías al ver la luna dejaba el ambiente temblando, luego entrelazabas los dedos que escondían al mundo ese corazón de papel manchado de colores espontáneos. Ahora te sientas despacio en la silla de cuero marrón, mirando a la pared empiezas a tararear una canción de cuna, desde atrás sentado en el suelo te observo en silencio, miras el cuadro que dispone de un brillo especial como el de tus ojos tiernos y sensibles al amanecer lleno de rocío. Nos buscamos y aquí estamos, otra vez juntos ahora más que de vez en cuando; cerrando los ojos caemos profundamente en un vacío azul, “sin vuelta atrás” dicen unas voces en coro. Esa foto marcada con flores de fondo y tu mirada perdida, puesta en un rincón de nuestro lugar favorito,

Niña tranquila, en ese viento, niña qué ves? Niña que vienes de un lugar lejano, niña qué ves? Niña bonita, niña querida, niña qué ves?... Niña te pierdes, niña te vuelves, niña qué ves? Niña, esos ojos, se han perdido en mi, niña qué ves? Niña que juega entre ese humo, niña qué ves? Niña bonita, niña querida, niña qué ves?... Niña te pierdes, niña te vuelves, niña qué ves? Niña insegura, transformas el mundo, niña qué ves? Niña de colores, amas el gris, niña qué ves? Niña suspendes mi alma en segundos, niña que ves? Niña si ríes no importa ya nada, niña qué ves? Niña bonita, niña querida, niña qué ves?... Niña te pierdes, niña te vuelves, niña qué ves? Niña tu mirada, tan llena de nada, niña qué ves? Niña tu historia estará guardada. Niña dulce. Niña qué ves?. *(Es una versión del tema Minha Galera de Manu Chao, y no guarda relación alguna con la original)

Las nubes de media noche ahogándose en un vaso de ron añejo, hacen que versos meditabundos e inexplicables ronden entre los árboles de aquel imenso y estirado paseo, una brisa inquieta cubre de la lluvia, a estos humildes hombres sin tiempo. Que nos devuelvan la tranquilidad del mar que vimos cuando éramos niños, y jugábamos creando castillos de arena en orillas húmedas y calientes, después caminabamos descalzos y olas malcriadas arrebataban nuestras anaranjadas tardes de alegría. Ahora soñamos en hacer un mundo paralelo a lo diferente, religiosamente irresponsables e inadecuadamente sabelotodos, para exigir una cuarta parte de lo que nos corresponde. Quiero que esta noche seas sutil, muy delicada como en abril, donde harías de estas lineas un romance… cuando cada nota de mi agitada guitarra era una canción. Enamorame poesía, que estoy solo, aventurado a tus letras, suaves y profundas, odiosas y distantes… amargamente frágiles, pero siempre pueden amarme. Como hoy, en marzo.

Nos hemos asqueado de los besos vacios, esos que pasan como estrellas fugaces, esos que matan y nos resucitan a la vez. En las noches con vientos alegres que traspasan mil veces el alma y revolotean los pensamientos, nos acompañan, nos acarician y nos destruyen, se despiden al instante, sin remedio ves que se alejan, los llamas angustiado y cierras los ojos. Esos labios que nunca habiamos visto, que nunca pensamos existen, se disuelven lentamente. Llenos de nada. Nos lavamos las manos y corremos hacia el oscuro ruido que nos aprecia, que nos llama, lejos otra vez, nos ocultamos y asustados reimos. Estamos sueltos, hechos para todo, para sentir y no pensar, y a veces ser sentidos. Aunque nadie nos ve, estamos contentos, sin pretensiones de nada… buscamos no buscarnos… queremos no querer. Y tranquilos con dirección equivocada nos damos cuenta que hemos perdido esperanzas otra vez de seguir andando. Sin embargo, nos apasiona la reincidencia.