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Mostrando las entradas de Agosto, 2006

La Reina Ema

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Ema apaga sonrisas con la yema de sus dedos. Pequeña, inteligente y de agria dulzura, juega a experimentar. La Reina Ema, como le dicen sus fantasías, hace del amor un cuento de hadas, donde cada capitulo es distinto, no hay enlaces ni frases de transición, disfruta las conversaciones lógicas y ríe de gracias comunes. Fabrica con sus labios besos que se desean, juega con su mirada callada, respira intranquilidad por lo tranquilo y siempre vuelve donde se le espera. Cerca de un parque vive, no en un palacio como una reina, pero si en una torre de cuatro pisos, una torre de color otoñal, con ventanas que acogen al sol y un balcón que sirve de pantalla para los espectáculos que da la lluvia. Sentada a los pies de su torre, al borde de un pequeño jardín la observo: comparte la noche con seres imperceptibles, distingo satisfacción, pocos sueños y algo de romanticismo. Fuera de todos y lejos de mi mismo, pienso que no debí estar ahí, sin embargo disfruto siendo espectador. El verano trae ilu

Tardes de Una Vida

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Y el la esperaba como todas las tardes a las 5:30… Angustiado observaba su reloj cada diez minutos, toda mujer con vestido rojo y zapatillas gastadas eran ella. Las luces amarillas de los postes que adornan la vereda, hacían un pasatiempo cada vez más tenso, el cielo se escondía tras las nubes que lloraban por algún lamento ya pasado, el aire despertaba su cabello y sus manos en los bolsillos apretaban la angustia. En una esquina no tan alegre estaba ella, lo miraba graciosa – como siempre -, le gustaba hacer una película de esas situaciones, tan cotidianas y rosadas como ella misma, con el sencillo vestido rojo de hace unos años y esas zapatillas que ya no veían el suelo. Caminaba lentamente paso a paso, con el amor entre las manos, la ansiedad entre los ojos y la alegría en esos labios rasgados por besos anónimos. Ambos llegaron al jardín donde estaban esas rosas amarillas y rojas, tranquilas e imperturbables, tiernas como una sonrisa. Jugaron lo de siempre -a las miradas perdidas-.