Mis amigos, y Nuestros Temas y Putas de Siempre

Hans preocupado toda la vida, siempre por el mismo tema: “el sexo”. Esta vez supongo era algo serio. En el parque de la virgencita (porque hay una estatua de la virgen), nos cuenta alarmadamente que de niño no le hicieron la circuncisión, y creo, por la cara de todos, que a ninguno de nosotros nos la han hecho. Bueno, sufría porque tiene un frenillo peneal. Carnosidad insignificante pero dolorosa, que cuando se masturba (aún a los 25), o cualquier chica salvaje agita su pene fuertemente, es algo insoportable, hasta para el más cruel de los machos. Carajo dije dentro de mí, tan sólo de imaginar lo que sentía, o cómo se veía.

“hace años me salió un pequeño grano más abajo del glande, fui donde mi primo médico, y me mando a hacerme análisis. ¡Puta madre!, me lo estaba raspando una enfermera que estaba más buena, y se me paró; ella me miró como diciendo que imbecil eres chibolo, y siguió raspando mi pene, yo cerraba los ojos y tenia esa sensación rara entre placer y dolor, como los gatos. Si como los gatos” (hans).

Una mañana de hace años, de épocas escolares cuando la mamá de Hans llegó de Miami, antes de pedir los regalos o saludarla le dijo al oído: “mamá me pica mucho el pene”… ella le respondió: “pues ráscatelo, y si te lo has rascado antes y no pasa, ve a visitar a tu primo médico”. Fue otro caso de chancro blando. Hans llega por la tarde con su primo el médico, en su casa estaba su mamá y toda una recepción de tías chismosas, también la mamá del primo médico. La mamá de Hans le pregunta al primo médico: “eh… hijo…. ¿Cómo está tu primo?”. En ese momento la cara de Hans empezó a tomar formas y colores extraños, y sintió la mirada de todas aquellas viejas que parecían alacranes ante una lagartijilla. Hans miró inmediatamente al primo médico, con cara de horror y súplica, y este respondió con una sonrisa angelical y bondadosa, y en voz alta: “ah tía, Hans tiene chancro blando, pero ya sabe que hacer, no Hans?.

Recuerdo que hace unos ocho años, cuando solía acompañar a mis amigos del barrio al burdel, siempre encontrábamos a Hans saliendo, o entrando, o esperando alguna de sus ya “amigas” frente a su puerta fumando un cigarrillo. Nosotros reíamos y conversábamos, mientras uno por uno iba entrando a saciar sus carnales deseos de adolescente pajero. Las mujeres, cual galería de ropa (para mi), se veían todas colgadas y exhibiendo hasta su mas íntimo pudor. Desde jovencitas hasta viejas sin dientes, homosexuales, también guapas, altas, gordas, bajas o flacas. Tenías mucho de donde escoger. Te tocaban si te acerbas a pedir el precio, si, como comprando un caramelo de limón (Willy disfrutaba que lo tocasen sin pagar).

Willy y Flavio que eran, aparte de Hans, los más asiduos parroquianos de ese oloroso, oscuro y rojizo lugar. Siempre la hacían de guías, porque los demás íbamos dejando mucho tiempo, y ellos conocían qué chicas habían llegado últimamente. “Las ecuatorianas están buenazas, pero hay una colombiana que ufff, y la rubia te hace unas poses increíbles, nooo la negra está mejor, aunque le falta un diente” y cosas como esas escuchamos toda la noche. De regreso, todos con un cigarro en la mano, nadie hablaba, los rostros decían todo. ¡Que rico carajo!, ja. Y satisfechos, como niños con juguete nuevo en navidad, corríamos a nuestras casas a lavarnos bien la pichula.

Comentarios

KARLOSOC dijo…
TAVO CREO KE ESE HANS DEBES SER TU..... YO TUVE UN AMIGO KE TENIA ......

EN FIN HJABRA KE IR A VISITAR ESE SITIO Y ME RECOMIENDES A ALGUNAS AMIGAS.

UN CAGUE DE RISA TU BLOG, FELICITACIONES

CARLOS OLIDEN.
Anónimo dijo…
Ja, conoce Hans este blog? muy divertido eh!

Entradas más populares de este blog

Un Día, Y Su Noche Triste

Diario

A Los 17 y Un Puente